Un oasis interior que nos evade y traslada a una época dorada pasada. Un lucernario de inspiración modernista se encarga de abrir a la luz suelos de barro cocido y muros de piedra rescatados.
La imponente estructura metálica se integra de forma magistral en la exuberante vegetación, convirtiendo sus pilares en «naranjos metálicos» que compiten con naranjos y mandarinos reales.
Es el poderoso naranja el encargado de transformar y llenar de energía este oasis tan particular.